Cuando salió Final Fantasy XII se habló de sus gráficos y negación por su sistema gambit. Después de estar desde 1987 usando el mismo sistema de turnos parece que Square Enix querían experimentar. Parece que en su día a pocos les gustó el juego y siempre he estado en el bando de amarlo con todo mi corazón.
Las historias de Final Fantasy se fueron centrando poco a poco en romances insulsos y anodinos, “somos pareja porque somos los protagonistas”, problema que todo medio del entretenimiento ha sufrido. El juego empieza con una boda preciosa en el reino de Ivalice, pero no es la boda de cuento de hadas que nos meten con calzador en todas partes, esta boda tiene motivos políticos. Y de esto va el juego, de golpes de estado, de monarquías por derecho, un imperio opresor y muchísimo politiqueo. La primera vez que jugué está entrega no entendí prácticamente nada, la trama es bastante compleja y era muy pequeñaja.
En este Final Fantasy hay lugares mágicos y personajes inolvidables. No es un secreto que dos de mis personajes favoritos son Fran y Balthier. Carisma a montones, molones y de mis parejas favoritas en los videojuegos. Lo sé, he empezado esto quejándome del romanticismo y voy y suelto la bomba. El juego nunca, jamás te pone a estos dos como pareja, pero se nota (o no, eso ya depende de cada uno) y ahí está la magia. Hay parejas por el mundo y eliminarlas por todos los medios sería estúpido, por eso adoro a este par, su relación de pareja se queda en su intimidad, aquí lo importante es la misión. De todos los personajes que podemos llevar no todos tienen el magnetismo de la pareja de piratas del aire, pero tenemos un mártir fiel a su antiguo reino, una princesa buscando lo que es suyo de nacimiento y dos amigos de la infancia que aspiran a más. Alguno te va a gustar, es de cajón.
Tiene un sistema de progresión de tablero enorme, de esos que asustan cuando lo abres, como el que tenía FFX y te da la posibilidad de convertir a los personajes en lo que quieras. Maravilloso.
Su mundo abierto es increíble y amplio, hay secretos escondidos por toda Ivalice y se encuentran sin necesidad de ir a un tablero de anuncios para aceptar quince misiones a la vez; hablas con sus ciudadanos, estos te contarán historias y tú decides qué hacer con esa información. Aunque hay que decir que sí que hay un tablón de anuncios pero está reservado para las escorias, cacerías de monstruos más tochos. Como misiones secundarias puedo poner de ejemplo los espers, (invocaciones), ayudar al chaval que por sus narices tiene que tener como pareja una viera y ayudar a su vez a una viera que está obsesionada con encontrar al hombre de su vida, etc…
El sistema gambit me encantó, tuve que hacerme a él, pero acabé echándolo de menos en muchos juegos. Tienes control absoluto sobre lo que pasa en batalla, ¿Quieres curar cuando el personaje tiene menos del 40%? Hecho, ¿quieres echar piro a enemigos débiles a este? Hecho. ¿Que no quieres gambits y quieres algo más conservador? Desactivalos. Posibilidades infinitas para todos tus personajes, organizas tus gambits y ya tienes todo el pescado vendido. Como punto a resaltar adoraba lo de no tener que tragarme animaciones para cada batalla a la que entras, ves al monstruo y el personaje ataca solito. ¡Repito que puedes llevar al personaje que quieras en su mundo abierto! En las ciudades había que conformarse con Vaan.
Como extra tienes las sublimaciones, ataques especiales que tienes que ir encadenando en un límite de tiempo y que se muestran como una animación.
Todo esto es acompañado por una banda sonora estupenda y un diseño artístico que es de mis preferidos. Muchos conoceréis y echaréis de menos aquel Final Fantasy Tactics, pues uno de sus artistas fue Akihiko Yoshida y uno de sus compositores Hitoshi Sakimoto también trabajaron en FFXII. Yo no digo nada.
Cuando salió el remaster me puse contentísima, por enésima vez podía meterme de lleno en ese mundo y encima ahora con trofeos y en alta definición. Jugar en televisiones actuales a la versión de PS2 era durito. De repente todo el mundo adoraba el juego y su sistema de gambits. Aunque estuve picada un tiempo con este tema, a día de hoy me alegro de que tenga más reconocimiento y se le haya dado el amor que merece. Me lo he pasado mil veces y estoy segura que volveré de nuevo.